Mica, te estamos buscando

Micaela Ortega, de 12 años, fue encontrada muerta este sabado 28 de mayo por la tarde. La niña estuvo desaparecida desde el 23 de abril de su casa de la ciudad bonaerense de Bahía Blanca. Su cuerpo apareció en un descampado en la localidad de Ingeniero White, escondido entre unos arbustos y presentando signos de golpes.

Por el crimen detuvieron a Jhonatan Luna, un joven de 26 años que confesó el hecho y dio detalles de donde se encontraba el cuerpo lo que permitió su hallazgo.
Este hombre tenía un perfil de Facebook falso y se hizo pasar por una nena similar a la edad de Micaela. Un vocero judicial aseguró que luego de contactarse con Micaela por Facebook el hombre convenció a la nena para que se fuera de su vivienda y le sugirió si quería ir a la casa de un supuesto primo que la iba a pasar a buscar. El fiscal De Lucía agregó que “justo en ese momento Micaela se peleó con su mamá y se quería ir” de su casa. No se sabe si Luna tenía “una cuestión especial” por la niña o si aprovechó el momento.

Las pesquisas tuvieron en cuenta las imágenes captadas por una cámara de seguridad ubicada en la avenida Don Bosco, entre Brasil y La Plata, donde se vio como la niña caminaba junto con otra persona que la acompañaba y que la guiaba por la calle. «Luego se comprobó que la persona que iba caminando en los videos captados por las cámaras de seguridad era esta persona (Luna)», añadió.

Los investigadores habían concretado un allanamiento en una precaria vivienda ubicada en Juana Azurduy y Canning del barrio Saladero, luego que obtuvieron el dato que desde esa dirección la niña mantuvo un contacto con una persona a través de Facebook. En ese lugar, las pesquisas encontraron algunos elementos que pertenecían a la nena, el teléfono celular de Micaela, una planchita de pelo y restos de ropa.

Unos 300 vecinos de Bahía Blanca marcharon para pedir Justicia por el femicidio y en contra de la violencia de género. Esa mañana, otro grupo de personas se movilizó hasta la casa del presunto asesino y quemaron su vivienda.

Al parecer, una vez en el lugar donde vive el hombre, Micaela intentó escapar, por lo que el agresor la agarró y la golpeó en varias parte del cuerpo hasta que murió.

Jonathan Luna será acusado de «homicidio agravado» y podría ser condenado a prisión perpetua. El apresado será acusado con agravantes por «femicidio», «ensañamiento» y «criminis causa», que refiere a un asesinato para ocultar a otro delito.

El fiscal dijo que el acceso «a una de las cuentas que utilizaba Luna en Facebook permitió destrabar el caso» que de todas maneras se cerró con una escucha de la propia pareja del sospechoso quien por teléfono le espetó: «El del video sos vos».

La escucha refiere a la pareja de Luna, una mujer chilena de 55 años (casi 30 años mayor) con quien Luna convivía. Esta mujer vio en un video difindido para ayudar en la búsqueda al hombre que aparecía caminando junto a Micaela en las imágenes captadas por las cámaras municipal de Bahía Blanca y estuvo segura que era Luna.
El testimonio brindado por la pareja del detenido y un informe aportado por un organismo estadounidense que trabaja contra la pedofilia y la explotación de niños fueron clave. La pareja de Luna declaró como testigo y también posibilitó el allanamiento a su vivienda.

Los investigadores se basaron en un informe aportado por The National Center for Missing and Exploited Children, de Estados Unidos, un organismo que trabaja contra la pedofilia y la búsqueda y explotación de niños que detectó mediante Facebook que la mujer podría tener alguna vinculación con Luna. El sospechoso utilizaba cuatro cuentas distintas de Facebook con las mismas fotos y desde una de ellas, en la que se hacía pasar por una niña, entabló relación con Micaela bajo engaños, dijo el fiscal. «Entendemos que Micaela creía que hablaba con otra chica, a la que le pidió asistencia para irse de su casa», sostuvo De Lucía, quien aseguró que la supuesta amiga le indicó a la niña que la iba a pasar a buscar un primo para llevarla con ella, el cual resultó ser el mismo Luna.

La pareja de Luna trabaja como empleada doméstica y relató que Luna no trabajaba, que estaba todo el día con el celular en el Facebook y tirado en la cama chateando en la red social. La mujer contó a los investigadores que el 23 de abril, el día en que Micaela salió de su casa y perdió todo contacto con su familia, Luna llegó a la casa del barrio Saladero “alterado y mojado” y cuando Espinoza le preguntó qué le había pasado, él le respondió que “se había mandando una cagada” y que “había quemado su ropa”. La mujer admitió que, dos semanas después, “cuando vio el video” de Micaela caminando al lado de un hombre “lo reconoció” a Luna.

Por su parte, el fiscal general Fernández no descartó que el acusado haya intentado captar por Facebook a otras menores. «Se trata de de una persona con varias cuentas de Facebook que eran operadas desde una misma IP. Micaela se conectaba desde febrero con él, en su cuenta con identidad femenina, quien se gana la confianza y logra que la niña vaya a su encuentro».

Jonathan Luna tenía antecedentes por un delito de “robo calificado” por el que había sido condenado a una pena de cinco años y dos meses. Era buscado desde diciembre de 2014  porque no había regresado al Penal 2 de General Roca, Río Negro, despues de una salida transitoria,
Estaba condenado por robo de un teléfono celular a una mujer luego de amenazarla con un cuchillo.

En función de los plazos, que Luna había cumplido más de la mitad de la condena, que no tenía otras causas penales abiertas, que no registraba otros antecedentes y fundamentalmente su conducta en prisión y un informe psicológico favorable se le concedió el beneficio de salidas transitorias. Luna estaba obligado a permanecer en la vivienda propiedad de una mujer que ejercía la tutela y que estaba en General Roca. Para acceder al beneficio, Luna tenía como condicionamiento no salir de la ciudad, dormir en ese domicilio y circular siempre en compañía de su tutora, entre otras pautas de rigor, como abstenerse de consumir bebidas alcohólicas o estupefacientes.

Entre llantos y algunos aplausos de los vecinos que acompañaron el cortejo, los restos de la niña fueron inhumados en el cementerio municipal de Bahía Blanca.

 

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